lunes, 31 de marzo de 2014

EL VALOR DE LA PALABRA

Dr. José Alexis Cedeño G.
Proverbios 10:19 “En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente.”

Escuchaba de la sabiduría popular del pueblo en mi país un viejo adagio que decía “Para la persona responsable un pelo del bigote basta para sellar un trato” y de hecho, escuché como en los años 50, esa era la forma en que los tratos eran aprobados, la palabra y un pelo del bigote, ninguna firma, ningún abogado, ningún testigo…la palabra basta.

Dios nos da Su Palabra escrita y en algunos lados con su firma escrita…”YO JEHOVA”, compromete que todo lo dicho en Su Palabra es fiel y verdadero.

Hoy la sabiduría popular dice “papelitos hablan”, es decir si no está escrito no tengo que cumplirlo, eso ha hecho más fácil que cualquier persona prometa y no cumpla.

Deuteronomio 23:21-23. Cuando haces voto a Jehová tú Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tú Dios de ti, y sería pecado en ti. Mas cuando te abstengas de prometer, no habrá en ti pecado.  Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.

Estamos enfrentando una época donde la palabra del hombre vale muy poco, se promete mucho casi con la conciencia de que no esperes que te cumpla. De hecho es tan fácil que la gente por las calles acepten a Jesucristo como Señor y Salvador, porque hoy en día eso prácticamente no significa nada, no tienen que hacer absolutamente nada más que hacer una oración y seguir viviendo como quieren.

Lo doloroso del tema es que o los cristianos nos estamos contagiando o somos nosotros los que contagiamos al mundo haciendo promesas que nunca cumplimos: -“Si, si no te preocupes, yo te llamo”- y nunca llamamos. –“¡pero ven acá! Pide por esa boca que para eso estoy yo para ayudarte”-, y luego, si te vi…no me acuerdo.

Lo peor del caso es que cuando predicamos sobre las promesas de Dios en Su Palabra, ya casi nadie quiere creer que eso es posible que se cumpla, a pesar que escrito está, la Palabra de Dios es Si, Amén.

De la boca para fuera hablamos cosas que nuestro interior no se preocupa por interiorizar y darle consistencia, en buen cristiano, eso se llama mentir. Aunque guarden el propósito de cumplir “algún día”, toda promesa o palabra dicha tiene un tiempo de cumplimiento, cuando eso no se da, se convierte en mentira y remitiéndonos de nuevo a la Biblia, el padre de la mentira es satanás, por lo que todos los mentirosos tienen un padre…el diablo.

¿Será que tenemos mentirosos hijos del diablo en el altar predicando? ¿Dirigiendo la adoración, la alabanza, en la intercesión o llenando nuestras congregaciones?

Cumple lo que prometes, piensa bien si eres capaz de darle soporte a lo que ofreces o no lo hagas, que cada promesa incumplida daña el reino de Dios en la tierra, mientras que cada promesa que se cumple trae honra y gloria al Dios de los cielos por el testimonio de un hijo o hija responsable.

Mateo 5:36 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

Me comentaba un policía amigo en un aeropuerto que las personas insisten en viajar con artículos que la ley prohíbe llevar en las maletas de mano y que existe una montaña de productos que no se permiten llevar, listos para ser desechados en el Aeropuerto. Y me compartía el amigo que él mismo le había quitado dos o tres veces a la misma persona las mismas cosas con las que ya sabía no podía viajar y siempre insistía en decirle “PERO YO LO NECESITO” y siempre oía lo mismo, si quiere viajar tiene que dejar aquí eso, o no viaja.

Hermano o amigo, si usted quiere viajar al cielo hay cosas con las que no puede viajar, si no quiere dejarlas aquí, lo siento no lo dejarán pasar. Muchos que saben que la mentira es mala y que no llegarán al cielo con ella e insisten en llevarla y parecen decir “PERO YO LA NECESITO”…o la dejas o no viajas. 

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