viernes, 26 de junio de 2015

ADVERSIDAD

Pastor Jose Miguel Tejada
Los vientos de adversidad soplan fuertemente en todas las direcciones. Eventualmente todos sentimos el peso de alguna prueba, problema, desgracia o revés; tu situación actual no es lo que habías anticipado ni planeado. ¿Por qué sucedió? ¿A quién culpar?

"En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. Dios hizo tanto el uno como el otro, a fin de que el hombre no sepa qué trae el futuro" - Eclesiastés 7.14.

¿Consciente y voluntariamente violaste tu conciencia? ¿Es la adversidad el resultado de algún pecado de tu parte? ¿Es un acto de maldad de parte de otra persona? ¿O es el trabajo de Dios?

La clave para vencer la adversidad está en que la forma en que respondamos sea la apropiada. El buscar un culpable, es un callejón sin salida. Si decides responder apropiadamente puedes convertir tu revés es un escalón hacia un éxito mayor.

Puedes progresar a través de tu adversidad. Tu reacción a la adversidad puede destruirte o desarrollarte en la persona que Dios quiere que seas y para lo cual te creó, la opción es tuya.

¿Cuál es la forma correcta de responder? Es una simple oración: ¿Dios, qué estás haciendo en mi vida? La clave para convertir tu adversidad en progreso es verla a través de los ojos de Dios. No importa cual pueda parecer la causa, haz que tu mente pueda aprender de ella.

Considera lo siguiente:

La adversidad es la forma de Dios para atraer nuestra atención. Es tiempo para la auto-reexaminación.

La adversidad es la forma de Dios de recordarnos que nos ama. El propósito es el protegerte de que te auto-destruyas.

La adversidad es la forma en que Dios conquista orgullo para Si.

La adversidad es la forma de Dios de recordarnos nuestras debilidades. Cuando estas contra la pared, y no parece haber salida, repentinamente reconoces que no eres autosuficiente.

La adversidad es la forma de Dios de mostrarnos su fidelidad. En tu condición, en la que no hay ayuda posible, es la oportunidad de Dios de mantener Sus promesas a ti.

La adversidad es la forma de Dios de prepararnos para consolar a otros. Eres más útil hacia Dios y otros a través del sufrimiento.

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